Mi faceta como maestro
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Hola
¡Cómo extraño volver a escribir como lo hacía antes!, ha pasado más de un año desde que escribí mi último post y luego, muchas cosas ocuparon mi tiempo y no pude volver a hacer esto que tanto me gusta, espero que este sea el primero de muchos post frecuentes, ya que ahora mismo tengo muchas cosas que contarles.
Luego de que me gradué empezaron otros juegos mas interesantes: ejercer mi profesión, participar en comunidades de desarrollo, incluso, ahora soy coorganizador de un meetup sobre Python (el lenguaje de mis amores) acá en mi ciudad (luego haré un post y les contaré un poco lo que hacemos). Y a nivel personal: vivir solo, obtener más responsabilidades, aprender a cocinar, entre otros desafíos. Pero no nos dispersemos, el día de hoy quiero contarles un poco de mi faceta como docente, ¡sí!, ahora también estoy dando clases en la Universidad Remington, distinguida por enfocarse en la flexibilidad que brinda a sus estudiantes mientras estos trabajan (“poder estudiar, poder trabajar” es su lema).
Si tuviera que describir el exigente oficio del docente en una sola palabra sería esta: Desafiante. Personalmente considero que el arte de enseñar es una profesión muy linda y venerable, pues tienes a tu disposición seres humanos que esperan de ti la orientación y los consejos más acertados, eres referente no solo en tu saber, sino también en tu comportamiento, esto último muy importante. Ya que aparte de transmitir conocimiento, también debes transmitir respeto, y dar ejemplo con tus acciones y con tus palabras.
Hacer las cosas bien
Desde que estaba cursando mi secundaria hace unos 8 años atrás, siempre sentí gran admiración por mis profesores, aunque también sentí gran frustración con otros. En esos momentos pensaba:
Si en algún momento llego a ser docente, quiero ser de aquellos a los que dá gusto escuchar y atender a sus clases.
Y sin siquiera planearlo, a la fecha estoy dictando clases y, puedo decir que estoy cumpliendo lo que pensaba en esos momentos (ojalá uno de mis estudiantes me leyera y comentara, así ustedes me creerían más jajaja). Llevo en total dos meses enseñando Programación Lineal la cual, será recordada por siempre por ser mi primera asignatura. Aunque es un curso pequeño, es un buen comienzo y siento que los estudiantes aprenden de una buena forma los temas dictados. Ha sido una grata experiencia aunque, al principio me he tenido que ganar mi lugar, pues por mi edad (tengo 23 años) es un poco fácil que las personas te sobrestimen. Mi punto a favor es que no soy un “Ingeniero Académico”, ni tampoco quiero serlo (al menos no por ahora), por el contrario, actualmente ejerzo mi profesión en el campo laboral y hago lo que más me gusta: Desarrollar software, tanto en backend como en frontend.
Mi trabajo como docente es solo un día como hora cátedra y eso me da la oportunidad de enriquecerme de ambos mundos, además es muy cool que tu profe te cuente actualidades y temas de moda del mundo del desarrollo (frameworks, paradigmas, nuevos lenguajes y cosas como esas).
Como dije anteriormente, no quiero dedicarme a la academia por ahora, siento que aún estoy muy joven, tengo mucho por aprender del oficio, sin embargo, no descarto la opción, cuando sea un anciano, lleno de canas y haya aprendido mucho del hacer, dedicarme a transmitir y a contar viejas anécdotas a mis estudiantes, sería un bonito fin… Aunque puede que no pase y sea un anciano que aun se dedica a la ingeniería del software en cualquiera de sus ramas. No me afano por el futuro, sin embargo ahora mismo es bonito ser un referente para otras personas y transmitir un poco de mis conocimientos a los demás.
Un pequeño consejo
Mi consejo para ustedes es que compartan su saber de alguna forma: Escriban en un blog, hagan videos tutoriales, de vez en cuando contesten alguna pregunta en Stack Overflow, compartan sus proyectos en Github, Gitlab o en alguna plataforma de desarrollo colaborativo. No interesa como lo hagas, compartir lo que sabes es una experiencia gratificante y enriquecedora para todos. Pero sobre todo, nunca olvides tener mentalidad de aprendiz (eso lo aprendí en mi nuevo trabajo!).
Y eso es lo que les quería contar en este post, espero que la espera haya valido la pena. Voy a escribir más seguido, tengo algunas cosas que quiero contarles y muchas más que he aprendido en mi nuevo trabajo (no solo cosas laborales, sino también personales). Nos vemos entonces. ¡Hasta pronto!